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¿Que entendés por investigación artística?

Creo que la investigación artística (yo propongo llamarla artécnica) es una manera de mediar con lo otro en general. Tiene el potencial de desclasificar algunas máquinas sociales muy embebidas en nuestros cuerpos como la perspectiva renacentista, la clasificación enciclopédica o la digitalización sistemática de la vida. La entiendo como algo situado, que vengo haciendo a través de la experimentación con materiales y haceres diversos. Lo vinculo con la fusión de medios y un trabajo centrado en la convicción de que cuerpo es pensamiento y viceversa. Es pariente de una de mis grandes obsesiones: la construcción y modelado de máscaras, entendida como una interfaz que involucra todo el cuerpo. Es algo que no se pretende objetivo, que se mancha, que repta y ama poner en acción que no hay cuerpos ni prácticas ni tecnologías universales ni neutrales.

La investigación artística es algo anclado en cierto experimentalismo crítico, que intenta empojar algunos bordes y fronteras. Me refiero a los que hay entre disciplinas, entre arte y tecnología, entre teoría y práctica y entre las diversas maneras de modelado. Con esto último, quiero decir tanto aquel que imprimimos en la materia como el que se imprime en nuestros cuerpos a través de matrices de control en el sentido amplio. Al ser algo mutante, quizás en unos años lo conciba diferente, pero estoy convencido de que es algo que puede hacernos más libres. 

¿Cómo moldea la investigación a tu práctica?

Creo que ambas se moldean mutuamente, que se retroalimentan generativamente. Las experimento como cosas que ocurren en simultáneo, es decir que mientras hago, experimento e investigo. Concibo las obras más como una acción o proceso que como un objeto, aun cuando haya uno. Siempre hay una cierta curiosidad en el comienzo de todos los procesos, que se vincula con una experimentación sensorial: puede ser cubrirme el cuerpo con barro y descubrir que el barro huele más a nafta que a cualquier otra cosa por como lo contaminamos. Eso me lleva a prenderlo fuego, a performear, a generar un experimento sonoro con el ruido del barro quemándose, a hacer video generativo e interactivo, o videoinstalación. De ese modo, esa curiosidad inicial termina generando una investigación intuitiva sobre fusión de medios y soporte a partir “lo mismo”.

¿Qué (tipos de) conocimientos produce tu práctica artística?

Es difícil saber eso. Yo propongo herramientas conceptuales que se desprenden como un jugo de la práctica, que luego vuelven a ella y la resignifican. Hay una a la que le tengo bastante afecto, la llamo apología del resto, y tiene que ver con trabajar los descartes por decisión tecnopoética, no solo por necesidad. Me atrae arrancar el descarte de la linealidad que lo lleva al basurero o al cementerio. Pensaba que era un hacer vinculado con una muestra puntual, ahora me doy cuenta de que recorre y contagia toda mi producción. A su vez fue retomada y resignificada por dos sociólogas para su trabajo de investigación.

Lo mismo ocurre con conceptos como suspensión o técnica miasma de fundido tercermundista que es un modo de hacer ensamblajes, pero a la vez una operatoria conceptual que insemina toda mi producción, mis textos y mis sonoridades pensados como sistema vivo. Se desprenden del obrar pero luego vuelven a él, subvirtiéndolo. Quizás la suspensión sea el ejemplo más claro: se desprende de una técnica de relajación de yoga que me llevo a suspenderme de modo invertido en las videoinstalaciones, pero termina siendo también un concepto que recorre materialidades, haceres colectivos, video y ensayos. 

¿Qué métodos de investigación aplicas a tu práctica? ¿Que métodos artísticos aplicás a tu investigación?

Aplico métodos textiles, cerámicos y escultóricos a mi proceso de investigación Tejo bibliografías, amaso filmografías, armo familias de obras, parentescos con otras artistas del mismo modo que tejo alambres de cobre, fundo plástico o programo en java script. Por otro lado, me interesa trasladar a la obra, los métodos que las máquinas de visión utilizan para construir perspectivas y modos de ver, otorgándoles a estos, valor de verdad inventada (un concepto que propone Rodolfo Kusch). En esa línea, me interesan los análisis clínicos como formato de visualización de fenómenos, pero que en realidad son modos de generar narrativas del cuerpo. Creo que mi hacer anida en la simultaneidad e ida y vuelta entre ambos tipos de métodos.

Creo que tanto la práctica como la investigación artística, en mi perspectiva, están vinculadas a lo que es necesario que aparezca, (que está bound to happen, no encuentro el modo español equivalente para incluir la dimensión textil del asunto), y que esto se expande en ambas dimensiones, si es que son solo dos.

Idea: Joaquín Macedo / Mariela Yeregui

 

Biografías

Juan Miceli es un artista audiovisual nacido en Buenos Aires, que estudió Diseño de Indumentaria y Arte Electrónico. Su obra parte de una perspectiva latinoamericana que se encuentra en permanente construcción. Trabajando con una fusión de medios que incluyen escultura, video, instalación, video generativo, modelado digital y performance, Juan desarrolla exposiciones y proyectos que investigan la relación entre arte, cuerpo y tecnología. Trabaja empujado por el hecho de que la máscara es su verdadero rostro.